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miércoles, 25 de abril de 2012

Two maps. Animismus

¿Qué se plantean los afectados de un desastre como el de Fukushima al ver los mapas que organizan sus comarcas en función de los niveles de radiación? Colores, líneas, círculos, porcentajes... Mapas que tratan de demarcar los niveles radioactivos; delimitaciones cartográficas que dan forma a la catástrofe y enfrentan las nociones de geografía y psicología, provocando con ello el miedo, la ansiedad o, en el mejor de los casos, el alivio en la vida cotidiana de los damnificados. Angela Melitopoulos y Maurizio Lazzarato en uno de los vídeos que han llevado a la Haus der Kulturen der Welt sobre el Animismo titulado "Two maps", revisan, a partir de las conversaciones con el artista japonés Chihiro Minato, esta idea de los mapas como iconos que transforman la geografía en psicología de manera inminente y que por su impacto visual y en ocasiones por su falta de rigor, calculan el efecto del miedo de forma completamente aleatoria.


Un ejemplo: días después de la catástrofe de Fukushima los periódicos publicaron un mapa con información proporcionada a partir de las mediciones de los científicos. El mapa era un indicador para la población a la hora de calibrar a cuánta radiación se exponían. Paralelamente, el gobierno japonés publicó otro mapa en el que se apreciaba en muchos casos diferencias de más de 400 km de distancia respecto al primero entre las regiones más o menos contaminadas. Este segundo mapa se regía por una adaptación de los niveles de radiación que se iban recogiendo a las distintas prefecturas de la zona, más que por una medición exacta teniendo en cuenta las tasaciones sin más. Sin olvidar, claro está, que el gobierno japonés buscaba disponer de una referencia que organizase las ayudas económicas a los damnificados y, por tanto, delimitar el desastre en relación a la geografía política resultaba de cierta utilidad.

Chihiro Minato muestra en el vídeo sus cuadernos-diarios con anotaciones, fotos, mapas y recortes de prensa que nos remiten a los despropósitos de un gobierno que ha intentado en todo momento evitar el término "catástrofe" a la hora de referirse a lo ocurrido en Fukushima, utilizando en su lugar el de "accidente" mucho más atenuado. 45 minutos de conversación en los que se habla de otros factores que provocan la movilidad radioactiva -Chihiro Minato lo denomina 'radioactive fluxus'- como son los factores climatológicos -los tifones, por ejemplo, bastante numerosos en la isla-, el flujo contaminante disperso en el agua del mar, sobre posibles fisuras en los tanques o filtraciones en el terreno. Una doble vertiente del animismo en relación a la tragedia de Fukushima referida por un lado al poder de lo visual, llegando a delimitar no sólo el entorno geográfico sino también el "interior" -los propios estados de ánimo del individuo-, y por otro al poder que otorgamos a la naturaleza, con plena confianza en la regeneración que siempre se espera "de ella" después de este tipo de catástrofes.

Por casualidad hace unos días en le blog de fvf descubrí este vídeo sobre un ciudadano japonés que ha decidido quedarse en la zona de exclusión de Fukushima. Otra opción de alguien que no ha tenido en cuenta los mapas.


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