Dos pequeñas exposiciones delicadas y sorprendentes alrededor de los libros. En la galería Nolan Judin, en el Hof del número 83 de la Potsdamer Str. "Magnificent Obsession - The Love Affair Between Movies And Literature", un proyecto de Matthias Brunner que llegó a Berlín con la Berlinale y estará hasta el 6 de abril. Una expo emocionante que reúne un puñado de películas míticas donde los libros y la literatura están presentes. Las proyecciones en cuatro pantallas, las escenas elegidas, la música, el ritmo final logró compungirme hasta la catarsis, de hecho salí soltando un largo discurso sobre la transmisión del legado libresco y humanista, en fin, cosas que aún pasan y me alegran. La nouvelle vague, por cierto, y algunos americanos, supieron darle la mano desde la modernidad a ese pasado.
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miércoles, 20 de marzo de 2013
Obsession livre als obra de Kunst
Publicado por
Manuel Rosal
viernes, 15 de marzo de 2013
domingo, 10 de marzo de 2013
Bye, bye Mitte
Publicado por
silvia cosío
La primera vez que visité Berlín, una de las exposiciones que más me gustó fue en el C/O, el centro de la fotografía en la Oranienburger strasse. La exposición recorría 50 años de trabajo del fotógrafo Thomas Hoepker, sus temáticas y su obsesión por la figura de Muhammad Ali. Pero sin duda, lo que más me impactó fue el espacio expositivo -la antigua sede de la central de correos de Mitte, Imperial Postfuhramt - y la forma tan natural de integrar las exposiciones en convivencia con la evidencia del paso del tiempo en un edificio apenas restaurado.
Esta semana, después de años de negociaciones y de posibles ubicaciones, la sede del C/O Berlín se traslada al edificio de la Amerika Haus cerca de la estación del Zoo, en Charlottenburg. Se sabe que el edificio de la central de correos -de propiedad privada- se ha vendido a un empresario anónimo que planea levantar un hotel de lujo. Ha sido una semana de despedidas; el punto final a un proyecto en un espacio emblemático. Como colofón la colocación del luminoso del artista Robert Montgomery en el tejado del edificio: All palaces are temporary palaces.
Y claro, muchos artículos sobre los cambios urbanísticos y especulativos por los que está pasando la ciudad -Mitte está siendo, de momento la gran afectada-, sobre el famoso concepto de la gentrificación, o sobre cuánto queda ya del jugoso lema 'Berlín centro creativo' del que tanto echan mano, cuando les conviene, los políticos. Hay versiones apocalípticas sobre la 'muerte' de lo que Berlín ha significado. Y para otros pocos e ingenuos 'integrados' una versión más positiva que supone que la ciudad está viva, que los proyectos nacen en un sitio, y cambian y se transforman y van a parar a nuevos espacios. En mi caso, ya voy teniendo alguna historia que contar sobre mi 'nueva ciudad' y sobre los cambios de los voy siendo testigo. Y algo bueno: ¡el C/O Berlín ahora estará en mi barrio!
viernes, 1 de marzo de 2013
"Ein Volksfeind" de H. Ibsen en la Schaubühne de Berlin
Publicado por
Manuel Rosal
Había comprado las entradas hace más de un mes, en la última fila, siete euros, porque las obras que se reponen con subtítulos en inglés se agotan siempre muy rápido, a pesar de lo cual la Schaubühne sigue programando poco con subtítulos algo que entiendo como un voto de confianza en la capacidad de aprender alemán de los pobres extranjeros que andamos por aquí. La intención es buena. Pero estamos en Deutschland, Berlin, Charlottenburg, Kurfürstendamm, y representan "Un enemigo del pueblo". Compro antes de entrar la pequeña edición de Reclam que tienen allí mismo en el teatro a la venta junto al resto de libros y estudios de Ibsen. Mein Volksfeind wurde von Christel Hildebrandt übersetzt, y quiero empezar a leerlo hoy mismo.
Ya ya, esto de la entrevista con el actor embarrado es marca de la casa. Recordamos el Hamlet. Pero a diferencia de la versión de Shakespeare, que también realizó Thomas Ostermeier, la versión de Ibsen es floja, ñoña e increíblemente aburrida. Como el texto es una bomba, un preciso mecanismo lleno de intención y sentido social, resulta aún más sorprendente que nada encaje en lo que vi ayer. Mi postura en el teatro alemán es bastante particular porque aunque conozco los textos no puedo seguir palabra por palabra la obra, así que miro el resto del teatro como un niño que aún no entiende del todo, o entiende el significado general pero no las sutilezas.
Actuaciones torpes cuando no directamente amateurs, dirección de actores sin gracia, adaptación con lagunas que deja escenas sueltas y sin sentido, escenografía y vestuario vulgares, intervenciones sobre la decoración sin ningún sentido, música... odio el pop chusco del teatro moderno. En fin, una decepción. Pero la obra tiene media hora gloriosa y esa media hora es la que queda en el recuerdo. El Dr. Stockmann denuncia ante el pueblo que el agua de los Baños que suponen la riqueza del pueblo están envenenada. Su propio hermano, político profesional, y el resto de poderes contraatacan con buenas dosis de demagogia. Este es el debate, ¿a qué llamamos bien común? ¿cuál es el interés principal, la economía, la salud, la verdad, el enmascaramiento? Entonces el patio de butacas se ilumina y se pide al público que participe. Y esto para mí fue emocionante, aun sin entender porque escuchar una voz que se alza entre la gente y luego otra, es una verdadera lección de asamblea, de democracia, de que la vieja nueva Europa aun tiene algo justo que decir. Ibsen es una flecha lanzada por los griegos.