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domingo, 30 de diciembre de 2012

To kill a mockingbird


Se acaba 2012 y una peli muy de Navidad que este año cumplía su 50 aniversario, Matar a un ruiseñor, es la recomendación de Strudel a sus fervientes lectores. Otra opción, regalar el libro, maravilloso, de Harper Lee.
Para celebrar el aniversario la Universal pidió al mismísimo Obama una presentación ex profeso. La podéis ver aquí.
Los títulos de crédito -realmente buenos- como cierre del año, de momento, ¿o acaso preferían "el olor a libro"?

jueves, 27 de diciembre de 2012

Huele a libro


En La Alameda, Sevilla. Perro huele Cervantes en los infiernos de Ignacio Padilla publicado por la Fundación Lara. El diseño del libro y la realización del gif por milhojas. Fotos de Antonio Pérez Gil.

lunes, 24 de diciembre de 2012

La identidad y la distancia

Muchas contradicciones. Lo emotivo, el peso romántico que aún perdura o las simples ganas de llorar un rato. La distancia de las cosas amadas y conocidas se convierte en dulces aguijones que mitifican lo vivido y alivian el cuerpo de la acumulación de tensiones. Al poco de llegar a Berlín, hace ya casi un año y medio, compré una versión del Nuevo Testamento, "Das neue Testament als Magazin", una versión católica impresa en Blumberg, al suroeste de Alemania. Lo original era que el texto estaba compuesto en forma de revista y con juegos constantes y destacados tipográficos. Realmente la compra, no me voy a inventar nada, fue un asunto laboral, me interesaba detenerme en ver cómo habían estrujado ese texto para sacarle cientos de marcas tipográficas: negritas, cambios de cuerpo en la letra, espacios blancos, rupturas de columnas, fondos de color, filetes, distintos corondeles, el Nuevo testamento convertido en una fiesta tipográfica que remarcaba su lectura y su valor simbólico.


Un pequeño regalo y además, pensé entonces, podría practicar mi alemán leyéndolo, como si yo alguna vez hubiese leído los evangelios en casa así porque sí. O sea que llevaba apenas un mes y ya era, supongo que por oposición a los protestantes predominantes aquí en Prusia, más católico de lo que era en España. La identidad nacional y religiosa me iba jugando de esa forma algunas malas pasadas. De repente salía un día a correr y me santiguaba, o usaba la boina más que nunca, o devoraba en youtube toda clase de vídeos patrios, desde la Salve marinera a las secuencias más disparatadas de López Vázquez rodeado de suecas. En fin, todas esas cosas a las que nos agarramos, el reflejo prensil, y que Alfonso Crespo explica aquí magistralmente. Y al que yo diría se opone el reflejo desprensil que nos asalta al ver a nuestros compatriotas saltando el día de la Lotería de Navidad. Tomando el lema que la dictadura cubana ha colgado al cuello del perreo: "vulgar, banal y mediocre". Y todo eso no es nada, España no fue y no será, el catolicismo no fue y no será; como construcciones humanas están irremediablemente destinadas a la muerte. Y sin embargo nos contemplan, y somos su reflejo. Todo eso es todo para mí, y mi propia construcción está hecha del reflejo de ese presente a veces mediocre y vulgar pero otras sublime y poético por el que paso velozmente. La distancia, finalmente, es sólo unas gotas de alcohol en elevan el olor y sabor de esos sentimientos.
Pero bueno, esta noche es Nochebuena, y cumpliendo un viejo compromiso comienzo a leer, no hace falta saber alemán para entenderlo:
Die Geburt Jesu. In jenen Tagen erließ Kaiser Augustus den Befehl, alle Bewohner des Reiches in Steuerlisten einzutragen. Dies geschah zum ersten Mal; damals war Quirinius Statthalter von Syrien. Da ging jeder in seine Stadt, un sich eintragen zu lassen. So zog auch Josef von der Stadt Nazaret in Galiläa hinauf nach Judäa in die Stadt Davids, die Betlehem heißt; denn er war aus dem Haus und Geschlecht Davids. Er wollte sich eintragen lassen mit Maria, seiner Verlobten, die ein Kind erwartete. (Luc. 2, 1-5)
¡Feliz Navidad!

viernes, 21 de diciembre de 2012

Marley, cornerstone

The stone that the builder refused
will always be the head cornerstone.
(Sing it brother)
The stone that the builder refused
will always be the head cornerstone.
You're a builder baby
here I am a stone
don't you pick and refuse me
'cause the things people refuse
are the things they should use.
Do you hear me?
Hear what I say...
Letra de la canción 'Cornerstone' (1970) compuesta por Bob Marley e incluída en documental sobre el artista en relación al rechazo de su padre, Captain Marley -el hombre blanco que iba a caballo y que llenó Jamaica de vástagos.

sábado, 15 de diciembre de 2012

La piedra

Sometimes doing something poetic can become political and sometimes doing something political can become poetic; subtítulo del trabajo del artista belga Francis Alÿs The Green Line.









domingo, 9 de diciembre de 2012

Do you know my poetry?

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Amy blue


Y de otra artista sudafricana, Marlene Dumas, la National Portrait Gallery de Londres ha adquirido el retrato de la cantante titulado 'Amy blue'. La noticia aquí o aquí... Con detalles, incluso, sobre el precio de compra.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Esther Mahlangu, sobre lo tribal y lo moderno


A Esther Mahlangu se la conoce por haber mostrado fuera de su país, Sudáfrica, el arte de las técnicas decorativas de las tribus Ndebele. Ella hace lo que las mujeres de su familia y del resto de la tribus Ndebele han hecho durante décadas: decorar las fachadas de las casas con elementos geométricos delimitados por líneas de color negro que se repiten creando complejos entramados de formas y de color. La base tradicional de su trabajo son los colores de la tierra (pigmentos marrones, rojos, ocres y negros) mezclados con boñigas de vaca. Esther Mahlangu fue una de las primeras mujeres de la tribu que se atrevió a renovar la tradición y usar los colores sintéticos -con resultados más brillantes y llamativos- y otros aglutinantes distintos al estiércol de vaca, más estables y duraderos.


También, tal y como reza en un cartel en la puerta de la escuela de arte que ha abierto en su aldea, en Weltevreden en la región de Mpumalanga, es la única mujer de la aldea que ha cruzado el mar. 'Ndebele Art School for Children: Done by Esther Mahlangu. The 1st lady to visit over sea'.



Y es que Esther Malanghu "fue descubierta" por unos comisarios de arte franceses que decidieron crear una réplica de una casa tradicional Ndebele en el Centro Pompidou de París para que la artista sudafricana la decorase con sus pinturas. A partir de ahí recibió encargos como la decoración de coches para la BMW, aviones de la British Airways, expos en los más importantes museos de todo el mundo... En fin, el éxito.


En una entrevista del último número de la revista Apartamento cuenta cómo al principio tuvo que hartarse de pintar la trasera de su casa hasta que su madre y su abuela consideraron que lo que hacía era lo suficientemente bueno como para ser mostrado en la fachada. Todo lo que pinta se hace con pinceles a base de plumas de gallina o una variante más dura con pelo de babuino y sin ningún tipo de ayuda: ni reglas ni apoyos ni nada de nada. I've always used a free hand; that's the Ndebele way, asegura en la entrevista. Esther Malanghu: The Queen of Ndebele Art. Arte, tradición, lo tribal, lo moderno, la invención de "los otros"... Mucho que analizar. 

martes, 27 de noviembre de 2012

La espiritualidad del jazz, 1

Foto de John Rogers, 2009.

A poco que uno se asome al jazz con una mínima perspectiva histórica, resulta evidente que ha sido y es muchas cosas distintas. Por supuesto, una vía de expresión y una fuente de disfrute, pero también un instrumento de reivindicación política, una forma de evasión, un divertimento, un fructífero camino de desarrollo intelectual, un modo de vida, etc. Esta formidable capacidad de adaptación ha hecho de él una música universal. El jazz, faltaría más, también tiene una vertiente espiritual, la cual encontró un terreno especialmente fértil en las formas de tocar más libre surgidas a principio de los años sesenta.
Hace poco más de un mes falleció David S. Ware (1949-2012), un saxofonista que se zambuyó en la espiritualidad de la música. Él mismo explica cuál es su búsqueda en el corto documental "David S. Ware. A World of Sound" (Amine Kouider, 2011; disponible aquí en la web de la Fundación David Lynch). Traduzco algunas de sus palabras (con perdón):

No me interesan los ciclos de acordes, tocar ciclos de acordes. No lo necesito. Trabajo con conceptos, ideas muy sutiles. El sonido que consigues con tu instrumento, cómo tocas el material que tocas, la música, equivale a una realidad espiritual. Esta realidad existe en algún sitio. Dicho con otras palabras, es como tratar de colonizar un mundo sonoro.
Estaba echado en la cama. Acababa de regresar de un ensayo. De repente escuché aquella música, como si alguien encendiera la radio. Me incorporé de un salto y pensé ¿de dónde viene? Nunca había escuchado una música así. A los pocos segundos comprendí que esa música provenía de mi interior.
Era como toda la música sucediendo al mismo tiempo, sin diferenciación. Melodía, armonía, ritmo, todo a la vez. Imagina toda la música que se ha tocado alguna vez. Era como un depósito de sonido puro.
Trato de dominar este intrumento llamado saxofón para que se convierta en una extensión de mí, de mi alma. Así que tienes que dominar tu intrumento para alcanzar tu alma, porque tu alma es algo muy delicado, es espiritual.
Hay una voz dentro de la música. Aprendes a escuchar la música con un tercer oído. Mucha gente sólo escucha la superficie. Dicen, por ejemplo, esa música es furiosa, o es una locura, o es caótica. No se trata de eso. Sucede algo más que tienes que ser capaz de oír. Es muy sutil, está dentro de la música, es una voz, está hablando. Está en la música.
Pienso que tocar música siempre formó parte de la espiritualidad, desde el inicio. Hay grandes ejemplos en Sonny Rollins y John Coltrane. Yo tomé esa línea en el punto en que la interpretación musical y la espiritualidad van en paralelo.
Tocar música es "lo que hacemos", pero la espiritualidad es "quién eres tú". Ambas cosas siempre aparecen juntas en la vida.
Mi vida se centra en la meditación. Mi vida se centra en la espiritualidad. Para mí, ello da más sentido a todo, da más sentido a la música. Me inicié en la meditación a finales de los sesenta o principios de los setenta. Tenía 23 años, vivía en Nueva York; tras haber estado en Asia me despertaba feliz, me daba otro motivo para estar vivo. Después del viaje a Asia recuerdo que tuve un periodo muy muy creativo. Por tanto, para mí está la meditación y luego la música.
El jazz es uno de los mayores tesoros culturales del mundo, seguro. El jazz trata sobre ser creativo, siempre se está creando. El jazz es la búsqueda de un punto de vista nuevo, son sentimientos desde un punto de vista nuevo, es hacer preguntas desde un punto de vista nuevo. Es expresión para ser único, tener una voz única, un estilo único.
Relacionarse con la  música es relacionarse con el infinito. No hay ni principio ni fin. Es un viaje eterno, en realidad.
Tengo la esperanza de que la gente reciba de mi música la capacidad de pensar más profundamente sobre algo. O que la música sea capaz de situar a la gente en una dirección más espiritual. Más allá de la realidad material.
En spotify y grooveshark se puede escuchar su música.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Atlas of the conflict. Israel-Palestine


Strudel recomienda esta historia visual del conflicto israelí-palestino a través de más de 500 mapas y gráficos. Un libro cargado de contenido, elegido en 2011 Schönste Bücher aus aller Welt (¡¡¡el libro más bonito del mundo!!!) en la feria del libro de Leipzig.






sábado, 24 de noviembre de 2012

Las series empiezan antes

Vía It's Nice That leo un artículo -Opening Titles that Grab Viewers' Attention- en el New York Times. Y es que las cabeceras de las series siempre han estado ahí como presentación y puerta de entrada, como reclamo a unos contenidos, con unas melodías inolvidables, machaconamente enfermizas algunas veces -estoy pensando sin duda en la del Equipo A- y con multitud de fans creando rankings, puntuándolas y demás. En la actualidad y con los avances en tecnología, los diseños de cabeceras están resultando auténticas virguerías. Esta temporada para los especialistas en la materia, se lleva la palma la de Parade's End -ya he dejado el encargo listo para ver si estas navidades puede caer- con un juego de espejos y perspectivas buenísimo.


Parade's End – Final Film Titles from Rupert Ray on Vimeo.

En mi modesta opinión pocas cabeceras han podido superar a la presentación del mafioso Tony Soprano con sus rutinas y paisajes suburbiales de New Jersey camino al hogar... Born under a bad sing with a blue moon in your eyes; mafia y psicoanálisis, rutina y melancolía ¡genial! La mejor sin duda.



Intentando pensar en una cabecera de las clásicas y viejunas, me quedo con la de M.A.S.H; una serie rara rara y con el tema Suicide is painless en versión instrumental. El helicóptero aterrizando en el hospital de campaña -como el de Tulipán- está grabado a fuego en mi registro de acumulación ¿basura? televisiva. Por aquí apuntan también los títulos de Fama con su gran frase: ...pues la fama cuesta. Para gustos...
 

domingo, 18 de noviembre de 2012

Johnston a la pizarra


Edward Johnston (1872-1944) fue un calígrafo, ilustrador y diseñador considerado uno de los padres de la caligrafía moderna. Creó la tipografía y la imagen del metro de Londres, sin duda, un hito del diseño gráfico del siglo pasado; sentó las bases de las minúsculas que aún hoy usamos en tipografía; y dio nueva vida a la caligrafía como arte vivo y heredero de una rica e importante tradición cultural. En esa línea recuperó el uso de la pluma de ave y la importancia del dibujo en la tipografía.



Gracias a Unos Tipos Duros descubro unas maravillosas fotografías que nos muestran la pizarra de Johnston durante sus cursos en el Royal College of Art and Central School of Arts and Crafts de la Universidad de Londres (hoy Central Saint Martins College of Arts and Design). Es sorprendente el uso de tiza en el sutil arte de la caligrafía. No se pierdan la colección.

sábado, 17 de noviembre de 2012

El niño perdido

El modo en que las cosas resultan no tiene nada que ver con lo que uno espera que sean... Y es increíble cómo todo se pierde hasta que las cosas parecen no haber ocurrido nunca... como si las hubiéramos soñado... ¿entiendes a qué me refiero?
   Eso es algo que -lo hemos escuchado en alguna parte- le ha ocurrido a más gente...
   Y entonces todo vuelve a mi mente...
   Y ahí tienes a dos chiquillos flacos y asustados con la nariz aplastada contra un sucio cristal, treinta años atrás... El tacto, el olor, incluso ese olor tan raro que salía de la vieja despensa de nuestra casa. Y los escalones delante de la casa, el aspecto de los cuartos. Esos dos chicos con trajes de marinerito que solían andar en triciclo de un lado a otro... Y la marca de nacimiento en su cuello... la hostería Inside... Saint Louis y la Exposición...
   ...Todo vuelve como si hubiera ocurrido ayer. Y entonces se va y parece lejano y extraño como si hubiera ocurrido en un sueño...
                                           El niño perdido. Thomas Wolfe. Editorial Periférica

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Build your own setas!

Lugadero ha ideado este souvenir contemporáneo desde Sevilla basado en el diseño de J. Mayer H. para Metropol Parasol, conocido en Sevilla como "las setas". Fabricado en colaboración con Fab Lab Sevilla. ETS Arquitectura. Universidad de Sevilla.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Eleanor Davis. Guten free?


jueves, 1 de noviembre de 2012

Agustín García Calvo 1926-2012


jueves, 18 de octubre de 2012

'Gólgota picnic' en la Haus der Berliner Festspiele. Capítulo 2. La charleta


Estas cosas hay que hacerlas aunque uno salga muchas veces diciendo: "no volveré a hacerlo". Ir a oír al creador de una obra que has visto y te ha gustado tiene el peligro del chasco, de la decepción absoluta, de que un charco apestoso te ensucie el parabrisas y ya no veas con claridad nada por muy rápido que funcione la escobilla. El culto a la personalidad es uno de esos prejuicios con los que lucho a garrotazos pero que se mantiene en pie como los colosos de Goya. El segundo día y último que 'Gólgota picnic' se veía en Berlín, su autor se prestaba a hablar con el público. Así que volvimos al teatro al segundo día, cuando calculamos que habría acabado la obra. Noche excelente, bicicletas veloces, y el bello callejero en torno a la Kudam. El personal de Berliner Festspiele tan amable, nos dejaron pasar sin problema y esperamos unos minutos en la sala que habían preparado para la charla. Mientras cruzábamos el hall se escuchaban los acordes del final de 'Las siete palabras' mezclados con los susurros de los jóvenes ayudantes del festival; a los pocos minutos los aplausos, luego las puertas del teatro que se abren y el olor a panecillo de hamburguesa pisoteado que lo inunda todo. Mucho público llena la sala, muchos con cervezas, vinos y Brezel, Rodrigo García aparece con la moderadora, la traductora simultánea y dos actores, Gonzalo Cunill y Jean-Benoit Ugeux, y dicen que se incorporará Nuria Lloansi, que se está terminando de arreglar, pero al final se presentaron todos.
Y todos juntos nos aburrimos un poco, después de que la moderadora hiciera la tercera pregunta que difería en poco de las dos anteriores, el ambiente era espeso y no mejoró. Finalmente al público le quedaron unos escasos 10 minutos para preguntar después de que la señora del Festival se liara un poco con asuntos muy poco interesantes.
La escritura. A pesar de esto, Rodrigo García, apoyado por breves intervenciones de sus colegas, dijo algunas cosas. Él mismo enriquecía las preguntas e intentaba contar algo del proceso creativo de la obra y de las peripecias del primer montaje, aunque en todo momento evitó decir que esta obra era el resultado de un encargo del Centro Dramático Nacional, sí contó la buena relación con el personal del teatro y la paciencia que tuvieron con ellos y con el método deliberadamente improvisado con el que crean. Y contaba cómo la obra pasó en unas semanas de ser una obra esencialmente visual a llenarse de texto, como si las imágenes necesitasen ese nuevo apoyo, esa fuerza nueva.
La ideología y las mentiras. Se gastó también un rato en hablar de las polémicas de la obra. Y el autor quiso pasar rápido por eso -aunque no lo hizo y volvió más de una vez al tema- argumentando que las protestas de determinados grupos católicos sólo buscaban el autobombo y que no tenían nada que ver con la obra. A raíz de esto se habló un poco de religión. Rodrigo García sentenció que la religión le había jodido la vida por coartar su expresión y libertad individual llenando de prejuicios y maldad su pensamiento. Para él había llegado el momento de escribir esta obra y cortar momentáneamente la línea más centrada en lo político de sus producción anterior. Por estos argumentos estábamos cuando le sonó el móvil de última generación al autor.
La música y la decadencia de la cultura. Rodrígo García es lógicamente pesimista en la recepción de la cultura y habló directamente de crisis cultural cuando señaló que la gente se levantaba y se iba durante los nueve movimiento de Haydn. Así que según él, la obra había sido criticada por estos dos frentes: el cristiano y el de la propia cultura, es decir, la gente que se veía forzada a escuchar 'Las siete palabras', una obra de casi una hora, como culmen de la obra escénica.
El tono García. Rodrigo García va sobrado y es ciertamente irritante. Adoro el humor pero aborrezco el mamoneo, con perdón. Esta es una palabra, mamoneo, que se entiende muy bien en el sur de España. Es esa actitud de estoy pero no estoy, me río contigo pero un poquito de ti y descoloco a todo el mundo porque ando de guasa y mis colegas están de mamoneo también y nos lo pasamos de puta madre. Un poco de mamoneo, una pequeña dosis puede ser encantador, creo, pero cuando el mamoneo es ininterrumpido se combierte en el otro significado de la expresión y es hacer el gilipollas. Esta parte me ha salido un poco Pérez Reverte, pido disculpas a mis tres lectores. Pero no es de recibo que cada respuesta tuviese entrantes, entreplatos y postres de risitas. Eso sí, fueron amables y considerados con casi todo el mundo.


Marino Formenti. Dije que vinieron todos y todos se aburrieron un poco. Pero no estaban todos, faltaba la mitad de la obra. Mi pregunta, si la señora moderadora hubiese dejado un poco más de tiempo a la intervención del numeroso público, habría sido sobre la música. Cómo apareció esta obra, por qué Haydn, qué sentido tiene si es que lo tiene que Marino Formenti vaya vestido de empleado de hamburguesería, y cómo surgió la relación con el músico. A los actores les habría preguntado qué  sienten esa segunda parte de la obra, ¿por qué creen que siguen en escena? Y me habría gustado preguntarle al propio Formenti si la transcripción para piano es suya, si la hizo para esta obra, si había actuado alguna vez, cómo es su relación con el mundo de la performance y el teatro. Pero Formenti no estaba allí, no, Formenti estaba en el Capítulo 3 de esta historia.
Los autores de las fotos son: Richard Dumas la de Rodrigo García y Alessandro Cavana la de Marino Formenti.

'Gólgota picnic' en das Haus der Berliner Festspiele. Capítulo 1. La obra


El Berliner Festspiele ha programado en su sección Foreign Affairs la obra de Rodrigo García 'Gólgota picnic'. En su estreno madrileño yo vivía en Sevilla y me dedicaba más de lleno al teatro y leía y suspiraba con cierta tristeza lo que se contaba de un estreno al que no podría asistir. Descubría entonces a Marino Formenti, el pianista que lo acompaña en la obra y del que escuché día tras día durante más de un año su maravilloso disco -creo que únicamente reseñado en España en el blog mi colega Pablo Vayón- 'Kurtág's Ghosts'. 'Gólgota picnic' se desvanecía en el horizonte hasta que cambié de horizonte e insospechadamente la montaña vino a mí.



Te sientas y el escenario está totalmente cubierto por miles de pacenillos de hamburguesa con ese olor dulzón y su textura que parece acolchar la escena. Al fondo una enorme pantalla blanca; bajo ésta un mantel extendido rodeado de butacas de playa. Los actores salen, bajan las luces y comienzan los monólogos. Cada actor tiene los suyos y una cámara que ellos mismos manejan va enfocando y proyectando en la pantalla ya al actor que habla ya cualquier otra escena. El tema principal de la obra parece que gira en torno a la muerte de Jesucristo pero a partir de ahí los afluentes son diversos y de diferente tortuosidad y la reflexión religiosa se vuelve una gran reflexión sobre la condición humana y su relación con los preceptos, la historia y los productos religiosos. Dado que el cristianismo ha influido en el comportamiento de la gente y las costumbres de nuestra civilización desde hace 2.000 años, la obra se convierte en un maremágnum de ideas y referencias difícil de asimilar. Por una parte tenemos una especie de evangelio apócrifo -si es que los otros no lo son- en el que se describe la personalidad y los hechos de Jesucristo desde un punto de vista totalmente diferente a como lo hacen los evangelios convencionales, esto es, considerándolo un personaje con una historia y unas capacidades mediocres. Casi todo el humor que tiene la obra se sustenta en la parodia de este personaje. Por otra parte, ya olvidándonos de las divinidades, se manejan muchas referencias culturales, mucha pintura, por supuesto y mucha reflexión sobre la imagen, un tema que le gusta al autor y que señala de forma punzante y certera. El trasiego de imágenes religiosas y de ahí a las imágenes actuales que nos paralizan, nos hablan tan alto, nos dan códigos referenciales y morales, nos engañan, nos venden aire. Pero hay otras referencias, la música, por supuesto, la filosofía, la arquitectura. Cuando baja al mundo y los monólogos se centran en la maldad, el individualismo, la traición, el dolor, el poder, la muerte y todas las bajezas y contradicciones que nos hacen ser lo que somos y que -esto creo que es innegable- han recogido como ningún otro libro La Biblia, entonces la obra adquiere una gran trascendencia, creo sinceramente que la gran virtud de esta obra es que en ese aluvión, y no sé si de una forma pretendida, se alcanza una verdad que acongoja, un retrato brutal y sincero de una condición, la humana, que busca la trascendencia y que, aunque no la haya, se ha servido de la religión para buscar ese sentido a la vida.


En un momento de la obra aparece Marino Formenti, viste uniforme de cadena de hamburguesería y lleva unos refrescos, se une con ganas al picnic de los actores, que descorchan botellas y cantan en una bacanal absurda. Luego desaparece. Los cinco actores realizan un esfuerzo mayúsculo, por una parte los larguísimos monólogos repletos de abstracciones pero dichos sin sobre esfuerzo gracias a la sonorización de la escena, por otra se visten, se desvisten, luchan, balilan, comen, beben, vomitan, se rocían con pintura, aplastan los panecillos creando una atmósfera de caos y barroquismo que precede al apoteosis. La escena está vacía, los actores vuelven arrastrando un piano al centro del escenario, Marino Formenti reaparece con sus refrescos y su uniforme. Los actores se retiran a una esquina, como los apóstoles, como la humanidad entera. Marino se desnuda completamente. Se sienta al piano e interpreta una transcripción para piano de 'Septem verba Christi in Cruce'. La introducción, las siete sonatas y el Terremoto final.


Ignoro el sentido de la elección de la maravillosa obra de Haydn pero formalmente es lo único original de la obra que, como ya he explicado, usa bien todos esos elementos de los que a veces abusa el teatro moderno: cámara, productos varios por el cuerpo, música en directo, el desnudo, etc.  'Las siete últimas palabras..." es una obra de encargo, la obra de un ilustrado, equilibrada, un ejemplo poderoso de gran arte generado a raíz de la religión. ¿Es quizá todo 'Gólgota picnic' la creación de un ilustrado, de alguien que busca la razón, que intenta atajar las supersticiones y llegar una idea de dios en relación con nuestra propia humanidad? Ni idea, pienso que por una parte lo es y por otra no, con todo me quedo con ese afán de búsqueda y cuestionamiento sobre los elementos religiosos y culturales que nos han caído encima.
Los actores: Gonzalo Cunill, Nuria Lloansi, Juan Loriente, Juan Navarro y Jean-Benoit Ugeux.
Todas las fotos de David Ruano.

jueves, 11 de octubre de 2012

A Cashmere Story


La cachemira, una de las variantes de lana de cabra más escasa y por tanto más valorada del mercado, y el sustento de la mayoría de las familias de pastores de la provincia de Boyankhongor en Mongolia. 

martes, 9 de octubre de 2012

Gigolós y medias

Y aquí tenemos a la jovencita Sontag visitando el edificio Seagram, muy cool en su descapotable. 
The elevator swished up like a gigolo's hand on a silk stocking. Guaau.
Imposible a partir de ahora no subir en un ascensor y pensar en gigolós, manos y medias. Va a depender mucho del ascensor, claro.

Art is boring

Schopenhauer ranks boredom with “pain” as one of the twin evils of life. (Pain for have-nots, boredom for haves —it’s a question of affluence. 
People say “it’s boring” —as if that were a final standard of appeal, and no work of art had the right to bore us. But most of the interesting art of our time is boring. 
Jasper Johns is boring. Beckett is boring, Robbe-Grillet is boring. Etc. Etc.
Maybe art has to be boring, now. (This doesn’t mean that boring art is necessarily good —obviously.) We should not expect art to entertain or divert anymore. At least, not high art. Boredom is a function of attention. We are learning new modes of attention —say, favoring the ear more than the eye— but so long as we work within the old attention-frame we find X boring... e.g. listening for sense rather than sound (being too message-oriented). 
If we become bored, we should ask if we are operating in the right frame of attention. Or —maybe we are operating in one right frame, where we should be operating in two simultaneously, thus halving the load on each (as sense and sound).

Distracciones y creatividad por Miranda July

domingo, 7 de octubre de 2012

Murakami. 15 cubiertas

La redacción de Strudel anda ultimando un super post referente al diseño de cubiertas en los libros digitales. Muchas cuestiones que tratar sobre su aparente irrelevancia con lo que viene a ser la propuesta digital de compra, presentación y uso. Estamos impacientes por leerlo.
Mientras, para ir entrando en debate y para aquellos que consideren las cubiertas una parte esencial del libro -hablo del papel, de momento carezco de experiencia con lo digital- no sólo en su aspecto útil sino también, y fundamental, estético o incluso nemotécnico, dejo las nuevas cubiertas de la editorial Ramdom House para la colección Vintagebooks de Murakami. Verdaderas joyitas con ilustraciones de Noma Bar basadas en la reiteración del círculo y de los colores rojo, blanco y negro.


Me encantan, pero tengo que decir que desde que hace ya unos tres o cuatro años la revista Monocle decidiera usar el recurso del recorte fotográfico en forma de círculo, la variante se ha venido explotando demasiado. Los círculos apestan un poquito... En el caso de los libros de Murakami viene muy a cuento por la referencia a la bandera de Japón. Lo dejamos pasar.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Teju Cole, V.S. Naipul, Joseph Conrad: natives on the boat


Teju Cole es un escritor norteamericano de origen nigeriano autor de una novela titulada Open City. Fotógrafo, crítico de arte, colaborador habitual del New Yorker, New York Times etc., etc. Por él he sabido de la existencia del proyecto artístico A Room for London.


A Room for London es un proyecto que ofrece hospedaje en la capital británica en un lugar un tanto inusual: una réplica del barco de Conrad, Des Roi des Belges, que usó en su viaje al Congo y que derivó en el famoso relato El Corazón de las Tinieblas. Un barco suspendido sobre el río Támesis, más bien posado en la azotea del Queen Elizabeth Hall, y que durante el 2012 ha servido y servirá como observatorio, estudio y lugar de creación para aquellos artistas que sean invitados.


What is A Room for London? from Artangel on Vimeo.

Teju Cole -lo cuenta aquí-, durante su estancia en el barco decidió escribir un ensayo sobre el encuentro que mantuvo con V.S. Naipul en un maravilloso loft neoyorquino, invitado junto con otros jóvenes talentos de origen africano a pasar una velada con el escritor -el gran escritor del mundo colonial-. Un ensayo divertido y atrevido, digno de la supuesta idea del proyecto: la reflexión. Paralelismos curiosos entre el vértigo de Naipul como anécdota que enlaza con el vértigo de la lectura y la creación; sobre el punto de vista del nosotros frente a ellos -los niggers, ese término con el que, según Teju Cole, Naipul está tan encariñado-; reflexiones del viajero, del colonizador, del observador desde la caja del cristal de un magnífico loft en el Upper East Side de Manhattan o desde el escritorio de un barco-réplica y con vistas increíbles desde el río Támesis -"What the fack I'm doing here?".
Su ensayo publicado también en The New Yorker es muy recomendable. Se puede escuchar en la versión Podcasts de la web. En diciembre pasará por el vaporcito Colm Toibim; habrá que estar atentos...

sábado, 22 de septiembre de 2012

Oma & Bella

Oma&Bella es un pequeño documental que se ha convertido en un inesperado éxito en la capital alemana. Alexa Karolinski, su directora, ha rendido un franco homenaje a su abuela (Oma) y la vieja amiga con la que vive (Bella), retratando su vida cotidiana, un día a día sin sobresaltos al que se asoman, sin embargo, las largas sombras del Holocausto. Tanto Regina Karolinski (Oma) como Bella Katz fueron niñas en los campos de concentración alemanes. Hoy las dos ancianas pasean por un nuevo Berlín, al que volvieron recién acabada la guerra, cocinan sin parar, cuidan a sus familias y amigos, y recuerdan con pesar a todos los desaparecidos. Un bonito documento sin más pretensiones artísticas, un retrato amable y casi "conciliador", si es que eso puede existir. Todavía en cines en Berlín.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Hans Fallada, "Solo en Berlín"



Me angustia vivir en un país del que no sé nada, o tan sólo los tópicos que manejamos todos. Poco a poco, me digo, pero como ayer encendieron ya la calefacción de la casa, me acordé del verano y sus nunca suficientes lecturas. Las dos últimas semanas de agosto las dediqué a Hans Fallada (seudónimo de Rudolf Ditzen) y su novela, escrita apenas unos meses antes de su muerteSolo en Berlín, cuyo título original se traduciría más bien como Todo el mundo muere solo. Emocionante novela sobre el caso concreto de un matrimonio berlinés que decidió oponerse al gobierno de los nazis recién estrenada la década de los cuarenta, o sea en plena guerra, a consecuencia, pero no solo, de la muerte de su único hijo en el frente. El matrimonio en el que está basada la historia existió realmente y Fallada trabajó con los informes que la Gestapo había realizado de ellos. Un matrimonio normal que formó parte de esas decenas de miles de alemanes que acabaron en los campos o fueron asesinados por oponerse a la tiranía de Hitler, la carrera bélica y la corrupción del partido nazi. No fueron muchos y muchas veces sus acciones eran realmente ingenuas, como demuestra la historia de este matrimonio que se dedicó a escribir postales durante tres años, unas casi trescientas postales críticas que dejaban en las escaleras de los edificios para que el pueblo tomase conciencia de la realidad. El pueblo alemán vivía sin embargo en el terror y la delación.  Cada postal se entregó inmediatamente tras ser encontrada a la SS sin cumplir su cometido o tan solo el cometido, inesperado, de aterrorizar al que la encontraba. El esfuerzo de aquel matrimonio no significó nada, o sí. El libro de Fallada es un llamamiento a la decencia y la humanidad, a los valores que nos unen a los demás y que siempre intentan ser derribados por los fascismos.



La vida del propio Fallada no fue fácil ni ejemplar, un joven de buena familia pero inadaptado, que fue de colegio en colegio hasta que con 18 años pisó por primera vez un hospital psiquiátrico y que durante toda su vida convivió con la dependencia a la morfina y el alcohol, y las miserias que esto supone; además fue acusado de desfalco, pasó por la cárcel y siguió publicando literatura de entretenimiento durante el mandato de Goebbels al frente de la cultura alemana, algo que le reprochan hasta hoy. Pero Fallada, con todas sus sombras, demostró en este libro que los hombres, aunque no perfectos, deben aspirar a comprender al otro, a ser piadosos y no tener miedo. Por otra parte el libro es un thriller estupendo, no de altísima calidad literaria pero de eficacia narrativa absoluta, que pasea por un Berlín que es destruido lentamente por los bombardeos y el odio mientras unos cuantos personajes se replantean, de una manera u otra, su papel en ese mecanismo del horror.

En las fotos, Fallada frente a un tablero de ajedrez, juego que aparece al final de la novela con nuestro protagonista esperando la muerte. Abajo, Elise y Otto Hampel, el matrimonio que inspiró los personajes Anna y Otto Quangel, fotografiados por la policía tras su arresto; y una de las postales que escribieron, la número 50 encontrada por la Gestapo.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

The White Review


¡Bien! El Nº5 de la revista The White Review ya está en mis manos. Y qué decir... Es el segundo ejemplar que manejo y ya está en la lista de imprescindibles. La revista tiene un diseño, en mi opinión, cuasi perfecto. Una combinación genial de simplicidad, buen hacer y lo mejor de todo: la elección tipográfica y la calidad del papel. Es una joyita, y si además le sumas la calidad de contenidos... La recomiendo de verdad, también su web. En este número aparece un artículo sobre el creador alemán Christoph Schlingensief y su proyecto inconcluso, The Opera Village Africa, -no conocía nada de él y me ha dejado con la boca abierta-; una entrevista con "el masca del Arte", el curator Hans Ulrich Obrist; más ensayos sobre arte -"¿Es posible ser revolucionario y que además te gusten las flores?"-, poesía, ficción, separatas con contenido extra... En fin, corran a por ella.








Dejo fotos, a ver si eso ayuda a despertar el interés. Ah, se me olvidaba. Tuve la suerte de conocer en persona a uno de los editores y al diseñador de la revista -luego supe su nombre, Ray O'Meara-. Son ingleses pero estaban de paso por Berlín presentando el número anterior y... Contexto: tienda favorita de revistas de la ciudad, Manuel coge el ejemplar de The White Review -el nº4- y empieza a elogiarme el diseño y demás muy muy entusiasmado -hablar español te hace poder ser todavía más efusivo porque piensas que nadie se está enterando-. Dos tipos más y una chica que les acompaña andan por la tienda igual que nosotros viendo revistas. Se acerca uno de ellos y nos dice: 
-I really recommend you this magazine. It's really good; but I don't know if I'm the right person to make this advice because... I'm the editor, and that man, introducing his companion, is the designer, Ray O'Meara...
-Oh, nice to meet you... 
Manuel flipado, su inglés... ya saben, y ¡fin de la historia!