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domingo, 27 de enero de 2013

La niña y el gallo que caminaba hacia atrás


"A los cinco años enseñó a un gallo a caminar hacia atrás. A los veinticinco enfermó de lupus. A los 33, tullida, llegó al Santuario de Lourdes. La vida de Flannery O'Connor, aunque corta, fue tan extraña como sus hábitos y su literatura, retratados en este texto". Así comienza el texto de Juan Forn sobre la vida de Flannery O'Connor y que podéis leer aquí.

"Las buenas personas son muy difíciles de encontrar. Hay que arreglarse con las malas personas, que son tan respetables que resultan horribles, tan horribles que resultan cómicas, tan cómicas que resultan patéticas, tan patéticas que sería horroroso tener piedad de ellas, porque atraería a los demonios del desprecio”.

viernes, 25 de enero de 2013

Au Hasard Balthazar


Como "Au Hasard Balthazar" es una de las obras más conmovedoras, complejas y estéticas que he visto en mucho tiempo, no voy a decir nada que engrandezca la mediocridad de los comentarios hechos sobre ella. Pero como estoy viendo las "Histoire(s) du Cinema", me apropio del estilo Godard para soltar una pequeña contribución a la confusión general:

cántico espiritual
los paisanos
llorar y llorar
animismo
san Francisco bebe
se acabó el flamenco
ser un tonto ser un loco
maledicencia 
salmo 109
soy el burro soy el burro que los lleva
el amante de todas
frágiles cristales
vespro della Beata Vergine
magnificat



Camino a Venecia andaba Sebald en los años 80, la misma década y ciudad en la que se grabó el vídeo anterior, cuando pasa por la ciudad de Este y recuerda la obra de Tiépolo en la que santa Tecla reza ante la ciudad asolada por la Peste. Esto está en "Vértigo". La imagen de la ciudad que expulsa a sus ciudadanos, con la nube de ceniza sobrevolando los tejados y el horror o el schock en sus rostros, me recordó inmediatamente a otro libro de Sebald de reciente lectura "Historia natural de la destrucción".


Llevo un par de noches leyendo, justo antes de cerrar el libro y apagar la luz, la pobre solapa que la editorial Debate dedicó a Sebald cuando publicó "Vértigo". Era 2001, W.G. Sebald moriría en accidente de tráfico en diciembre de ese mismo año, pero lógicamente en la solapa es un autor vivo y yo sonrío con la posibilidad, como si un juego de coincidencias, de tiempos y encuentros pudiesen devolvernos a los buenos.

jueves, 24 de enero de 2013

Marie pleurant

Marie c'est... Au début du film c'est une petite fille. Et à la fin du film c'est encore une petite fille. C'est quelqu'un qui ne pourra jamais être adulte, qui ne sera jamais capable d'un choix, d'un acte raisonné, posé. Elle agit uniquement par instinct, elle se laisse faire, elle subit, quand elle ne subit pas son père c'est parce qu'elle subit Gérard. Et à mon avis elle est perdue dès le départ, à cause de cette passivité. 
Comentarios de Anne Wiazemsky sobre su papel en la película Au hasard Balthazar (1966).

Les pleurants


Les Pleurants. 37 figuras de alabastro pertenecientes al Musée des Beaux-Arts de Dijon y que forman parte del monumento funerario por el duque de Burgundy (Lamentation d'un prince mort). Hasta el 3 de febrero "de visita" en el Bode Museum de Berlín. 

sábado, 19 de enero de 2013

Confusión y sorpresa con "El caballo de Turín"

 

"El caballo de Turín" no es una película alegre. Vi "El caballo de Turín" desde un punto de vista totalmente diferente a como la interpreta, según he leído después, su propio director y otros intelectuales. Durante las dos horas y algo que dura el metraje estaba convencido de que aquel mundo retratado: la casa solitaria en mitad de una tormenta, un viejo cochero y su hija que apenas intercambian unas frases, un caballo que se niega a comer y tirar del carro, todo aquel mundo era el camino que una mente enferma recorría a la locura. Yo veía clara todas las señales y pensaba que era maravilloso que los directores y guionistas hubiesen convertido, como en una especie de transustanciación que se hubiese producido en aquel abrazo, la mente de Friedrich Nietzsche en la vida de aquel cochero y aquel caballo. Las señales eran: el caballo se paraba y el mundo quedaba reducido a un pequeño ámbito, la actividad se reducía, de repente un vecino llegaba y soltaba un discurso loco con visiones conspiratorias, el alcohol cada vez es más importante, el caballo se niega a comer, unos gitanos alteran la rutina y estalla la violencia, el pozo se seca, hay un intento de huida de la casa pero el regreso es inmediato, el mundo se queda sin luz y sin calor. Y todo esto acompañado del viento duro e insistente de un páramo y una banda sonora recurrente hasta el infinito. Y así dos horas y veintiséis minutos. La soledad, la locura, la oscuridad. Lo veía claro.

Al terminar la película vi algún comentario de los directores y alguna crítica. Me sorprendí mucho. Por ejemplo, Rafael Argullol, al que admiro sinceramente y del que, por cortesía de Ignacio F. Garmendia vía postal, tengo aquí pendiente "El fin de mundo como obra de arte", decía Argullol que el discurso que yo había considerado de un demente o un pirómano ideológico de la peor calaña totalitaria, esa que ve conspiraciones universales contra los nobles y puros, le parecía esto:
"En el centro de la película hay un monólogo potente y apocalíptico a cargo de un extraño visitante que aparece y desaparece sin dejar rastro, un monólogo destinado a permanecer como una perla ardiente en la historia del cine. Quien encadena cinco minutos de palabras terribles habla como Zaratrusta, y lo que dice también es propio de Zaratrusta: la nobleza ha muerto porque los depredadores se han apoderado de todo, incluidos nuestros sueños.
Durante todo el día de hoy, imágenes de la película han aparecido como sonámbulos mientras paseaba por la ciudad helada. El Spree y los jardines aparecían en blanco y negro y, sin embargo,  me iba reafirmando en mi teoría, algo que, aunque nadie lo crea, coincidió con la salida de sol tras las nubes. Otra señal, si es que eso sirve de algo.

martes, 15 de enero de 2013

El tiempo de la memoria colectiva





Times Vol. 1 The Puzzling Almanac. El tiempo visto como memoria colectiva a la manera de los análisis teóricos de Aby Warburg en su Atlas Mnemosyne. Más información aquí. Lo he visto ya en un par de librerías y es muy bueno.

lunes, 14 de enero de 2013

Interview de Hans a Hans


Este fin de semana descubrí este libro publicado en el 2009 por la editorial alemana Walter König y que plantea un concepto entrevista muy interesante. A la pregunta del entrevistador -'el curator' Hans Ulrich Obrist- el entrevistado -el artista alemán Hans-Peter Feldmann- sólo puede responder con imágenes.

Un ejemplo:

Don't we know any way out?

Wissen wir keinen Ausweg?



¿Conocemos alguna salida...?

viernes, 4 de enero de 2013

Spot de "Un incendio invisible"


Spot para la novela ganadora del Premio Málaga de Novela 2011.
"Un incendio invisible" de Sara Mesa.
Publicado por la Fundación José Manuel Lara. 
Milhojas hizo diseño del libro y vídeospot. Fotos de Antonio Pérez Gil.

miércoles, 2 de enero de 2013

Chatwin, "Un millón de años de arte"


En ocasiones, gracias a personas que hacen lo que les sale de las pelotas, todo resulta mucho más interesante. Allá por 1972 Bruce Chatwin acepta una propuesta de trabajo para The Sunday Times Magazine como asesor de arte. Uno de sus primeros trabajos consistió en elaborar algo así como un manual ilustrado de la historia del arte. La revista ya había tanteado resultados con un volumen coleccionable anterior titulado "Mil obras clave del siglo XX" que les había hecho ganar unos 60.000 nuevos lectores. Ahora se trataba de repetir la misma estrategia. Chatwin hizo literalmente lo que le dio la gana y creó una especie de manifiesto personal de la historia del arte; un recorrido completamente anárquico fuera de toda premisa academicista. 

Así lo detalla Nicholas Shakespeare en su biografía sobre Chatwin:
La serie apareció durante seis semanas, en el verano de 1973. Se abrió con una fotografía de objetos de piedra utilizados por nómadas africanos, e incorporaba muchos de los objetos favoritos de Chatwin. [...] había fotografías del tamaño de un sello postal de unas alforjas con aplicaciones del Altai, un paisaje de Seghers y la fotografía, tomada por Bruce, de un camión afgano. Aquel camión que llevaba anticonceptivos japoneses, era una de las imágenes que Bruce incluyó para poner en tela de juicio nuestra idea de lo que era el arte. ("A menudo hemos pasado por alto las obras maestras evidentes en favor de curiosidades, e incluso de lo evidentemente malo", advirtió a los lectores).
Se atrevió incluso a incluir una pieza que él y su mujer habían adquirido con parte del dinero de la boda: un tapiz de plumas de papagayo de origen peruano. Bruce Chatwin aclaraba a los lectores de la revista cómo en ciertas tribus peruanas habían descubierto mucho antes que Rothko que "los bloques de color puro flotando unos encima de otros producían un estado de ánimo de tensa calma".



Como colofón al coleccionable explicó: "Nuestra intención ha sido deshacer la compartimentación en periodos y lugares en que la historia del arte es a menudo dividida, y si esta serie ha animado aunque sólo sea a un puñado de personas a ampliar sus horizontes culturales habrá cumplido sus objetivos".
Sea cual fuera el objetivo de Chatwin la revista no captó ni un sólo lector más durante su publicación. La dirección por supuesto le dio el toque por "perder toda consideración con lo que el lector común quiere". Chatwin no duró mucho tiempo en la revista. En breve viajaría a la Patagonia. 

Por cierto, si alguno de ustedes posee algún ejemplar de "Un millón de años de arte" coordinado por Bruce Chatwin sepan que son un poco más ricos.

P.D.: Dejo una foto de The Sunday Time Magazine de los años en los que Chatwin trabajó para la revista; y además, dos capturas del documental emitido por la BBC sobre la vida del escritor en las que  aparece su casa y el salón con el tapiz de plumas de papagayo originario de Perú. Lo podéis encontrar en you tube enterito (dos partes).